101Mientras Esdras, llorando y postrado ante el templo de Dios, oraba y hacía esta confesión, una gran multitud de israelitas -hombres, mujeres y niños- se reunió junto a él llorando sin parar.
2Entonces Secanías, hijo de Yejiel, descendiente de Elam, tomó la palabra y dijo a Esdras:
-Hemos sido infieles a nuestro Dios al casarnos con mujeres extranjeras de los pueblos paganos. Pero todavía hay esperanza para Israel. 3Nos comprometemos con nuestro Dios a despedir a todas las mujeres extranjeras y a los niños que hemos tenido de ellas, según decidas tú y los que respetan los preceptos de nuestro Dios. Cúmplase la Ley. 4Levántate, que este asunto es competencia tuya y nosotros te apoyaremos. Actúa con energía.
5Esdras se puso en pie e hizo jurar a los príncipes de los sacerdotes, a los levitas y a todo Israel que actuarían de esa forma. 6Ellos lo juraron. Entonces Esdras salió del templo y fue al aposento de Yehojanán, hijo de Elyasib, donde pasó la noche. Pero en señal de duelo no comió ni bebió, entristecido como estaba por la infidelidad de los desterrados.
7Pregonaron por Judá y Jerusalén que todos los deportados se reunieran en Jerusalén. 8Al que no acudiese en el plazo de tres días establecido por las autoridades y los senadores le incautarían los bienes para el Señor y lo expulsarían de la comunidad de los desterrados. 9Al tercer día estaban en Jerusalén todos los judíos y benjaminitas. Era el veinte de diciembre. Todo el pueblo se encontraba en la explanada del templo, temblando a causa del problema y de la lluvia intensa. 10El sacerdote Esdras se puso en pie y les dijo:
-Habéis pecado al casaros con mujeres extranjeras, agravando la culpa de Israel. 11Ahora, confesadlo al Señor, Dios de vuestros padres, cumplid su voluntad y separaos de los pueblos paganos y de las mujeres extranjeras.
12Toda la comunidad respondió en alta voz:
13-Haremos lo que nos dices. Pero somos muchos, y en época de lluvias no hay quien resista a la intemperie. El problema no se resuelve en un día ni en dos, porque somos muchos los que hemos cometido este pecado. 14Sería mejor que nuestros jefes representasen a toda la comunidad. Los ciudadanos que se hayan casado con una extranjera se presentarán cuando los llamen, junto con los concejales y jueces de cada pueblo, hasta que apartemos la cólera de Dios que hemos provocado con tal conducta.
15Sólo se opusieron Jonatán, hijo de Asael, y Yajzías, hijo de Tiquá, apoyados por Mesulán y por el levita Sabtay.
16Los desterrados lo hicieron así. El sacerdote Esdras escogió algunos cabezas de familia, según sus linajes, designándolos nominalmente. El uno de diciembre se sentaron a examinar el asunto 17y el uno de marzo terminaron con toos los hombres que se habían casado con mujeres extranjeras.
18Sacerdotes casados con extranjeras: Maseyas, Eliezer, Yarib y Guedalías, descendientes de Josué, hijo de Yosadac, y de sus hermanos; 19se comprometieron a dejar sus mujeres y a ofrecer un carnero por su reato. 20Jananí y Zebadías, descendientes de Imer. Maseyas, Elías, Semayas, Yejiel y Uzías, 21descendientes de Jarín. 22Elioenay Maseyas, Ismael, Netanel, Yozabad y Elasá descendientes de Pasjur.
23Levitas: Yozabad, Semeí, Quelayas, que era quelita, Petajías, Judá y Eliezer.
24Cantores: Eliasib.
Porteros: Salún, Telen y Urí.
25Seglares: Ramías, Yizías, Malquías, Miyamín, Eleazar, Malquías y Benayas, descendientes de Farós. 26Matanías, Zacarías, Yejiel, Abdí, Yeremot y Elías, descendientes de Elam. 27Elioenay, Eliasib, Matanías, Yeremot, Zabat y Azizá, descendientes de Zatú. 28Juan, Ananías, Zabay y Atlay, descendientes de Bebay. 29Mesulán, Maluc, Adayas, Yasub, Seal y Yeramot, descendientes de Baní. 30Adná, Quelal, Benayas, Maseyas, Matanías, Besalel, Binuy y Manasés, descendientes de Pajat Moab. 31Eliezer, Yesiyas, Malquías, Semayas, Simeón, 32Benjamín, Maluc y Semarías, descendientes de Jarín. 33Matnay, Matatá, Zabad, Elifélet, Yeremay, Manasés y Semeí, descendientes de Jasún. 34Descendientes de Baní: Maday, Amrán, Uel, 35Benayas, Bedías, Queluhí, 36Vanías, Meremot, Eliasib, 37Matanías, Matenay, Yasay, Baní, 38Binuy, Semeí, 39Selemías, Natán, Adayas, 40Macnadbay, Sasay, Saray, 41Azarel, Selemías, Semarías, 42Salún, Amarías y José, 43Yeguiel, Matitías, Zabad, Zebiná, Yaday, Joel y Benayas, descendientes de Nebó.
44Todos éstos se habían casado con extranjeras y despidieron a sus mujeres y a sus hijos.
Explicación.
10,1 La posición de rodillas expresa esa incapacidad de "estar en pie ante o frente a Dios". El "templo" significa aquí el edificio, el grupo se reúne en el atrio espacioso.
10,2 No sabemos si esta intervención estaba convenida de antemano; al menos estaba pretendida. La expresión "mujer extranjera", especialmente sin el sustantivo, llega a significar en contextos sapienciales "la ramera" (Prov 5,15-20); no así en el presente contexto.
10,3 Secanías propone una solución tajante, que es como una excomunión general. El propósito será ratificado en un compromiso formal con Dios, de modo que tenga validez religiosa definitiva. Secanías piensa que en eso reside la "esperanza para Israel": en el triunfo de los "observantes de la Ley".
10,4 "Competencia": ¿como sacerdote experto en la Ley o por autoridad recibida del emperador? La primera competencia sería más bien teórica, la segunda es la que interesa en el momento.
10,6 "No comió ni bebió": expresión calcada de Éx 34,28 (Moisés en el monte).
10,7-8 La comunidad del pueblo escogido se sigue llamando "los desterrados", aunque la mayoría son nacidos en Judá; como si el destierro fuera la clave de la continuidad (cfr. Jr 24). La incautación sagrada entra en la legislación de Lv 27,28 en cuanto a la apropiación por el Señor.
10,10 Vemos cómo la comunidad de desterrados se identifica con Israel.
10,11 Esdras quería actuar en caliente, contando con el entusiasmo inicial. Aunque en el v.5 dice que tomó juramento a todo Israel, el contexto lo restringe a los presentes. Sólo después del pregón se reunieron todos los representantes e interesados.
10,13-14 La propuesta tiene en cuenta los trámites legales de cada caso, investigación y resolución, con todas las consecuencias para el nuevo estado civil de los interesados.
10,15 No está claro si la oposición se refiere a toda la reforma o a la propuesta sobre el modo paulatino de realizarla.
10,16-17 Esdras nombra una comisión de seglares y trabaja con ellos durante tres meses. Durante ellos tratan 113 casos positivos, algo más de dos casos por día. Podemos calcular que habría casos dudosos que no entraron en la lista final. Un matrimonio implicaba problemas económicos con la familia que había entregado la mujer y con posibles compradores. No se trataba sólo de rescindir o declarar nulo un contrato, sino también de buscar un nuevo acomodo. Se comprende que Esdras necesitase poderes del emperador para tal enfrentamiento con poblaciones locales.
10,18-43 Comparando la lista con la de los repatriados (cap. 2), observamos que casi todos los casos responden a descendientes de familias de la primera caravana; los cuatro grupos sacerdotales están complicados, nueve (o diez) de los veinticinco grupos seglares. El segundo Baní citado (v. 34) podría ser error por Bigvay (2,14). Quedan fuera de la lista: los donados, los repatriados conocidos por la localidad de procedencia y no por el apellido, los no deportados. Si los últimos no pertenecían a la nueva comunidad, según el concepto de Esdras, los segundos, no podían ser excluidos. La lista podría sugerir que Esdras limitó su reforma a los sacerdotes, levitas y patricios, como núcleo responsable y ejemplar de la comunidad judía. Aun así, preguntamos: ¿no podían aquellas mujeres haberse convertido de corazón al judaísmo? Donde se diera el caso, la medida del letrado resultaba mas racial que religiosa.
10,44 La segunda mitad del verso es conjetural. Con este despido de mujeres e hijos termina (en la interpretación adoptada) la historia de Esdras y de la comunidad hasta que vuelva a tomar la pluma un historiador para contarnos los hechos de mediados del siglo II a. C. Más de doscientos cincuenta años de silencio.
Esdras desaparece de la escena dejando a los suyos un ideal de segregación para mantener la identidad nacional y la pureza religiosa. Su legado es la interpretación rigorista de la Ley; su ejemplo podía ser invocado por los grupos menos tolerantes. Nos gustaría saber cuáles eran las abominaciones de otros pueblos a que se refiere en su reforma: suponemos que en primer término la idolatría, después algunas costumbre sexuales; ¿también la no observancia de algunos tabúes alimenticios?
También legó Esdras su nombre a la leyenda, aunque Jesús Ben Sira, "el Eclesiástico", no recoge su nombre en su loa de varones ilustres de Israel.